Las 3 dimensiones de la recuperación

En varios escenarios por estos días hablamos con optimismo moderado de la llegada de la recuperación. El balance de lo sucedido es muy malo en materia social, económica ambiental y de gobernanza. Los países ricos visibilizaron su decidida intención de ayudarse a sí mismos y desconocer la realidad global y los países pobres dejaron claramente evidenciada sus brechas sociales y su falta de recursos para enfrentar la crisis sanitaria.

Mientras tanto a nivel individual el ser humano enfrentó un drástico cambio de su habitual forma de vivir, las disposiciones gubernamentales para proteger su vida decapitaron muchísimos sueños y sembraron la más grande incertidumbre de su futuro, millones de familias afrontan el duelo y muchos hoy inician de cero.

Enfrentamos varios retos, la llegada acelerada de la tecnología, el violento cambio climático, la guerra entre la verdad y la mentira de las redes sociales, los cambios políticos que se avecinan, la nueva forma de trabajar, de cuidarnos y de reunirnos. Muchas de nuestras actividades cambiaron y nuestros planes de vida se reactivan en nuevos escenarios que nos retan a evolucionar.

Investigando sobre la salud mental que hoy se presenta como efecto secundario de la emergencia sanitaria, encontré tres dimensiones en las que inevitablemente caminaremos, la primera, el miedo. Esta dimensión nos muestra escenarios catastróficos donde nos congelamos y nos auto cuidamos, un miedo al presente y una angustia de lo que será el futuro, esta dimensión sólo será superada por el reconocimiento paulatino de la siguiente dimensión. 

La segunda dimensión es la esperanza. Esta dimensión, es la decisión consciente de ver nuevas oportunidades, alimentando nuestra realidad de herramientas  que surgen de la necesidad de avanzar, soportadas por la información veraz, la tranquilidad del control de la realidad y el deseo entusiasta de salir de la situación que nos congela. 

La tercera dimensión, La acción. La dinámica resultado del impulso de la anterior, donde empezamos a vivir victorias privadas o éxitos personales, para pasar a las victorias publicas o logros colectivos en cada una de nuestras familias y comunidades, cada día será mejor y esta contagiosa dimensión, acomodará las fichas del juego y empezará a premiar nuestros avances.

La invitación es a evaluarnos para saber en qué dimensión estamos, para ir recorriendo cada una de ellas con tranquilidad. Conversar en familia sobre estas dimensiones nos ayudará a fortalecer el núcleo familiar, discutir en nuestros trabajos sobre estas dimensiones nos ayudará a desarrollar mejores equipos de trabajo y mirar desde estas dimensiones el país nos pondrá en la ruta del desarrollo.

Lo que no podemos permitir es que nos quedemos en la primera dimensión, el miedo nos detiene y nos impide avanzar. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de transitar las tres dimensiones, tenemos los recursos y tenemos la capacidad. Llegó el momento de recuperarnos y reiniciar nuestro camino.

Luis Martinez Garcia.
CC 79.464.304
@luchomartinezg

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