Desde ya hace un tiempo hemos visto como varios comercios tales como restaurantes, hoteles, centros comerciales y demás, han venido implementando la definición Pet Friendly como característica descriptiva de su establecimiento, situación que hace muchos años atrás hubiésemos considerado inconcebible, comenzando por la existencia de aquellos grandes carteles que recibían al público con un texto bastante llamativo el cual decía “prohibida la entrada de mascotas”

De hecho, para mi es imposible no preguntarme día a día si estos comercios se han ido transformando en Pet Friendly porque de verdad sienten afinidad con dicha filosofía o por simple moda, o peor aún, por tratar de satisfacer a la comunidad que los presiona por no serlo.

Sea cual sea la razón, hay que entender que ser Pet Friendly va más allá de adecuar las instalaciones de un lugar, en realidad, es una transición compleja para cualquier empresa u organización, pues hay que comprender las necesidades del canino, conocer sus derechos, velar por su integridad, asimilar que son seres merecedores de respeto, amor y sobre todo inclusión, y que no por ello los estamos humanizando.

Seguramente, tú que me lees dirás, ¿Por qué sugiere ella tanto protocolo para ser Pet Friendly? Es sencillo, te pregunto yo a ti, ¿Te gustaría recibir en tu casa a alguien que te cae mal? ¿Lo tratarías con el mismo amor que a alguien que de verdad aprecias? Sin miedo a equivocarme, puedo deducir que tu respuesta a mis interrogantes fueron NO.

Por ello, el día de hoy mi invitación a todos los comercios que están pensando en convertirse a Pet Friendly es que se hagan la siguiente pregunta, ¿Son los perros aquella persona que no me gustaría recibir en mi casa? A partir de la respuesta, podrán inferir a que grupo pertenecen, si son las empresas que de verdad sienten afinidad con dicha filosofía, o si simplemente viven en pro de satisfacer el criterio de los demás.

Claudia Aristizabal
Community Manager 
#TeamBuenavista